Os explicaremos cómo llegamos a crealux. Cuando abrimos nuestro hostal, tuvimos que elegir entre las amenities y los dispensadores. Comenzamos con unos sencillos amenities, que incluían, jabón de manos, de un lado y jabón de ducha y champú. Es una decisión que debe tomar cualquiera que ofrezca alojamiento. Unos optan por una dirección y otros, optan por otra. Nosotros tras probar los amenities no nos convencieron por diversas razones:
En primer lugar por comodidad de todos los intervinientes. Los clientes deben abrir su bolsita con el jabón, lo que no siempre es sencillo, a veces les sobra, y a veces les falta. A nosotros, nos incluía una preocupación más en la limpieza, la de reponer sobres de jabón y encontrar los pequeños trozos en que se rompía el sobre del jabón o champú.
En segundo lugar, tiene un componente medioambiental negativo, pues generaba residuos.
Por ello comenzamos a probar con dispensadores. Las primeras experiencias no fueron positivas. Un elemento importante en cualquier dispensador es el correcto funcionamiento del dosificador. Si no funciona bien, goteará y manchará y perderá el ingrediente.
Con esta experiencia llegamos a los dispensadores de jabón crealux. Comenzamos a probar uno, y después equipamos a todas las habitaciones con estos dispensadores.
Tenían un diseño clásico, no demasiado marcado, y podía cuadrar con las líneas decorativas. Desde el punto de vista de funcionamiento, nunca nos ha dado un problema el dosificador. Tenía una opción en principio atractiva, que era la existencia de diseño antivandálico. Tenía una abertura del depósito bien con llave, con lugar escondido o bien apretando en un embellecedor, que disimulaba la función. Sin embargo, y lo decimos con cierta sonrisa y con cierta desesperación, esto suponía y supone un estímulo a algunos clientes que querían descubrir como se abría… y lo abrían, aunque rompiendo uno de los elementos del embellecedor. Todos los años teníamos que comprar repuestos, que no eran muy caros.
Este año pasado, algo cambió. Crealux no respondió a nuestros correos, ni a nuestras llamadas. Supusimos que la crisis había acabado con ella y decidimos renovar parte de nuestros dispensadores con otra marca.
Una pena, era una empresa española, con productos con funcionamiento y diseño muy correcto.